¡Hola hola hola! ¡Amiguitos!
Tenemos mucho de que hablar, así que empezamos por el principio, por lo más importante: el desayuno, mi desayuno (de hoy).
Mi desayuno de hoy:
Pan con aceite y sal y carne de perro.
¡Guau! ¡Qué desayuno! En un restaurante al que vamos habitualmente la tienen, pero no la había pedido nunca hasta el otro día, que me traje a casa la que no terminé (aquí siempre te lo llevas). La de perro es una carne roja y fantástica para empezar el día con nuestra dieta mediterr... bueno, chin... bueno, ¡yo qué sé!
Sigamos hablando de cosas importantes. Y lo más importante después del desayuno es la comida.
La comida:
La comida tiene que ser sana, variada y equilibrada. Por eso el otro día la carne de perro la tomé en forma diferente: perrito caliente con ketchup y mayonesa. ¡Buenísimo! Aunque como no estaba caliente y no tenía salchicha era en realidad un "cold dog", un "perrito frío".
Y ahora la cena.
La cena:
La cena también tiene que ser sana, variada y equilibrada. Y como mi madre me hace mucho hincapié en ello, cuando voy al supermercado observo con dedicación los alimentos, y elijo lo mejor para mi salud y mi crecimiento.
(Por orden: narices de cerdo, cuello de gallina, pata de gallina, pez muerto).
Ya sin mocos. ¡Listo! ¡Buenísimo! Nariz de cerdo.
La verdad es que me gusta mucho la comida co-china. Pero tenemos también que hablar de otras muchas cosas.
Desde la última vez que escribí han pasado muchas cosas: viajé a Nanjing, Shanghái y Suzhou (pondré fotos, fantástica Shanghái y curiosísima Nanjing: ahí descubrí algo increíble, que es que una ciudad puede ser china y limpia al mismo tiempo, ¡de verdad!).
Y bueno, como hemos ido por partes, pues terminemos el tema de hoy por el final, que es en China un tema muy bonito, muy interesante, y que puede deparar muchas sorpresas...
... sorpresas a veces inésperadas y... ¡catastróficas!
¡Adiós!