¡Hola hola hola Pepsi Cola!
Pues por aquí muy bien, primera semana de clases que concluye mañana con una inicial a nuevos estudiantes de español que, según me han dicho, no tienen ni papa. Ni saben decir Hola. Pero bueno, yo ya sé hablar chino perfectamente, así que no será problema.
En las clases de mandarín (de lunes a viernes) nos partimos de risa: el profe, un alemán, una alemana y yo: el profe es el más joven y ha empezado a enseñarnos pinyín, que es el chino escrito con letras normales en vez de dibujitos (y que también es utilizado por los chinos): lo más difícil son los tonos (4 distintos), así que tenemos que practicar mucho y, para ver si pronunciamos bien, abrimos la ventana y empezamos a gritar palabras para ver si la gente lo entiende y mira. Así que la primera vez chillamos "¡Hola!", "¡Arroz!", "¡Pollo!", "¡Ternera!"... "¡Te quiero!"... y este es el tono que se ha mantenido y se mantiene en cada clase.
Ayer aprendimos a pedir comida en el restaurante y yo me pedí liu wan mian (seis boles de nudels -fideos-), wu wan mi fan (cinco de arroz), ba pan niu rou (ocho platos de ternera) y san ping bai jiu (tres botellas de bai jiu -una bebida de 50 grados que ya tuve el placer de probar mi segundo día aquí). Los demás solo se pedían un bol de arroz, un plato de pollo, agua... tss, qué tontos.
Y bueno, digo que ya probé el bai jiu; he tenido mucha suerte desde mi llegada: el segundo día estaba yo aquí dormido y de repente mi compañera de piso (Silvia, una suiza muy amable) toca mi puerta y me dice "Viene alguien a verte" y me quedo yo "¿Cómo?" y nada, aparece Serguei, ucraniano, el profe de ruso, que sabe que estoy recién llegado y me invita a casa de otra gente esa misma noche, hehe. Así que muy contento le enseño mi camiseta del Dínamo de Kiev y ya quedamos para luego.
La otra gente eran Miguel Ángel (sevillano) y otros españoles como Xavi y Marta, que celebraba su cumple al día siguiente de forma que -para mí- imposible una mejor bienvenida: ya conozco a mucha gente , entre ellos Elena, la profe de italiano, con quien me gusta siempre hablar porque me siento más en casa hablando italiano que inglés y no que español, pero casi, pues el italiano es algo a lo que le tengo un cariño muy especial.
Hablando de inglés: doy clases en escuela primaria y en guardería, hehe, aquí pongo unas fotos tomadas con el móvil: obsérvese (en la segunda) cómo el niño de una sola paleta extrangula al simpático gafas. Pero los niños son buenos, se portan más o menos bien, y me encantó el primer día, antes de entrar, que vinieron unos cuantos a gritar "¡Hello teacher!" y una niña de unos siete años se me acercó despacio y me preguntó con voz bajita "Do you like hamburguers?" ("¿Te gustan las hamburguesas?") en una muestra (es lo que sentí en ese momento) de la bondad del ser humano que, por naturaleza, busca acercarse, conocer, crear vínculos.
Recuerdo ahora la primera fiesta Erasmus en Italia: en el Prato della Valle, al aire libre una tarde, todo el mundo nuevo en la ciudad y deseando tener amigos, apuntando teléfonos y deseando dar el suyo. Fue súper bonito.
¿Y qué más? Bueno, si es que el otro día me dormí la súper siesta y cuando salí ya estaban cerrados muchos sitios para cenar (incluido el del primer día, que tiene fotos en el menú) así que me quedé zascandileando y mirando a ver dónde tomar algo: me asomé a uno a mirar las mesas, los platos, cuando llegó el tío y me habló en inglés, así que allí me quedé y lo tuve en mi mesa hablando y preguntándome por España y por China, y que si la cerveza china esa era conocida en España... -Sí, claro, y tú también eres súper famoso en mi país. Y me invitó, no me dejó pagar y me dijo que cuando quiera, que vaya allí (está al otro lado de la placita que tengo enfrente de casa).
¿Y qué más? Coño, que la gente estudia chino, inglés, ruso, japonés, español, francés, italiano, alemán...
Me voy a dormir, ¡buenas noches, pataliebres!
(Fotos: 1,2 y 3: el colegio. 4: camino al colegio).